Más allá de la estética: entendiendo la grasa abdominal

Más allá de la estética: entendiendo la grasa abdominal

¡Hola, Hola! Si últimamente sientes que tu ropa se ajusta un poco más o que al sentarte, tu abdomen se marca más de lo usual, podrías estar enfrentando una acumulación de grasa abdominal.

Muchas veces, asumimos que subir de peso es una consecuencia natural de envejecer, y nos encontramos justificando nuestras elecciones al comprar tallas más grandes. Pero, ¿realmente es solo una cuestión de estética?

Debemos entender la grasa abdominal:

Más allá de cómo nos hace ver o sentir, la grasa en nuestro cuerpo nos habla sobre nuestra salud. Aunque es común pensar que la forma en que acumulamos grasa puede ser hereditaria, dado que familias enteras parecen tener patrones similares, ¿no será que en realidad está más vinculado a nuestros estilos de vida compartidos?

Hablo de nuestra alimentación y nivel de actividad física, factores que influyen en nuestra composición corporal.
La grasa puede almacenarse en diferentes partes: debajo de la piel (tejido subcutáneo) o entre las vísceras del abdomen y alrededor del corazón. Esta última, la grasa visceral, tiene más implicaciones para nuestra salud. Se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades como diabetes, problemas cardíacos, e incluso ciertos tipos de cáncer.

Quiero que entienda que la salud va más allá de la estética:

La cuestión no es solo cómo lucimos, sino cómo nos sentimos y, lo más importante, cómo funciona nuestro cuerpo. Además, tener un exceso de grasa abdominal puede influir en otros aspectos de nuestra vida, como nuestra energía y vida sexual.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Alimentación consciente:

Nuestro cuerpo refleja lo que comemos.

Evita:

Fritos y rebozados

 Postres con exceso de azúcares y grasas

 Mayonesa y salsas procesadas

Refrescos y bebidas azucaradas

Helados comerciales

Comida rápida

Snacks y golosinas en exceso

Embutidos y carnes procesadas

Galletas y panes blancos

 En su lugar, prioriza:

· Verduras frescas: llena tu plato de hojas verdes y complementa con vegetales de diversos colores.

· Frutas: especialmente las de bajo índice glicémico como los frutos rojos.

· Granos y cereales integrales: te proporcionarán energía sostenida y sensación de saciedad.

Mueve ese cuerpo: No olvides la importancia de la actividad física. ¡Encuentra algo que disfrutes y hazlo regularmente!
Duerme bien: La calidad del sueño influye en nuestra salud metabólica. Asegúrate de descansar adecuadamente.
Hidratación: El agua es esencial para eliminar toxinas y mantener nuestro metabolismo activo.
Si sientes que necesitas un poco más de dirección, no dudes en buscar asesoramiento nutricional. Recuerda que cada cuerpo es único, y lo que funciona para uno, podría no ser adecuado para otro.
Es momento de ser proactivos con nuestra salud. No se trata de cumplir con un estándar estético, sino de cuidar de nuestro bienestar a largo plazo. ¡Anímate a hacer cambios conscientes y celebra cada pequeño logro en tu camino hacia una vida más saludable!
Decídete por tu salud.
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